Se trata de un insecto minúsculo que es parásito de la vid, de la familia de los pulgones. Su introducción en Europa se debió, se sostiene, al descuido de viveristas de Francia, país en el que arrasó los viñedos recurrentemente desde el año 1863, al recibir de norte-américa la plaga en estacas de vitis labruscas (foto de arriba).
Hasta el año 1895, en que aparece en el Valle de Napa, California, esta plaga afecta desde sus raíces matando la planta en tres años, en diversos países como Francia, Portugal, Suiza, Alemania, Austria, España, Italia, Sudáfrica y Perú.
Apareció, como dijimos, de la mano de estacas norte-americanas y tuvo solución del mismo modo con estacas del mismo lugar.
Sucedió que las plantas de vitis labruscas, eran inmunes a este insecto. Por lo tanto se difundió el remedio con injertos de vitis viníferas en pie de vitis silvestris o labruscas de Estados Unidos.
El mal no llegó a Chile, por la aislación natural con que cuenta el país. Tampoco se manifiesta en territorios de Grecia (Creta), Chipe y Canarias. Aparentemente el terreno volcánico constituye una barrera natural contra la filoxera.
El daño causado en la economía del mundo a través del deterioro de los viñedos europeos, durante 30 años, fue inconmensurable.
25 de mayo de 2014
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